La mano tonta. Dícese de la mano o manos que se balancean al andar por pura inercia.
Hasta ahí bien.
La mano tonta del tío lissssto. Dícese de la mano que se balancea más de la cuenta por un excesivo ímpetu del colega que, aprovechando que lo intentas adelantar, hace como el que no quiere la cosa y zas, te toca el coño.
1.No soy guapísima. Y no destaco por arreglarme muchísimo, pero tampoco soy un orco. Y la de tías feas que hay con novio...que vale, muchas veces hay que ver al novio, pero oye, si a ellas les gusta. Nada, ésta razón no es suficiente.
2. Soy pequeña. De estatura...pero mido lo mismo que Eva Longoria.
3. Soy pequeña y no uso tacones. Pero qué coño son los tacones, un complemento, nada propio, por lo que no debería influir. Además, cuando no se saben usar, mejor no llevarlos a parecer un travelo.
4. Soy borde. Mea culpa. Pero la gente que me conoce un poquico sabe que es parte de mi personalidad y que puede ser hasta gracioso. El problema es que no abunda la gente que me conoce, ni lo suficientemente inteligente como para pillarme el tranquillo.
5. Digo muchos tacos. Joder. No soy una princesa, pero ¿desde cuando vivimos en un cuento de hadas? Me la pela, yo tampoco busco un príncipe.
6. Me río de todo. De mí y por supuesto, si se da el caso, de tí...pero siempre con cariño. El sentido del humor me parece algo imprescindible.
7. Llevo brackets. Bah, sólo los tengo desde hace 6 meses y hace bastante más tiempo que no tengo novio. No me sirve.
8. Tengo las tetas pequeñas y separadas...(JUA). Una 85. Como Kate Moss. El papel de boya ya estaba cogido cuando llegué al reparto.
9. Soy muy sincera. Quizá demasiado. A lo mejor debería ser más políticamente correcta. Pero ya hay demasiada gente así.
A veces la gente sólo entiende lo que quiere entender.
Pero no existen las medias tintas, o algo te gusta o no te gusta.
Lo de "gustarme, gustarme..." siempre ha sido un eufemismo.
¡Hola Tamara! No he sacado ningún 10. Dices que gustarte gustarte no te gusta ninguno. Eso significa que por lo menos algo te gusta. ¿Quién?. Dímelo cuando me escribas. Daniel
El sábado pasado, día del Roscón quedé para el aperitivo (oooooootra vez, sí) con mi hermana y mi amiga L, a cual más impuntual de las dos.
Pero tengo un problema, aunque sepa que van a llegar tarde, soy incapaz de programarme para estar lista más tarde de la hora fijada, así que SIEMPRE me toca esperar.
Y odio esperar.
Me desespera.
Pero lo de este sábado fue exagerado.
Hora y cuarto.
Mi primera reacción hubiera sido encabronarme y salir ya de mala hostia, peeeeeeeeero este año tengo un lema-propósito:
ME-LA-PELA.
Así que me puse un cd estupendo que me he grabado, me eché un martini con cocacola bien cargado y las esperé dándolo todo.
Ayer tarde, de rebajas, voy y me topo de morros con otro de mis ex.
Antes, cuando salíamos, hace ya muchos años, era un chico mono. Ahora ya no es chico. Es mono. Sólo mono: grande, gordo y peludo.
Joder, menos mal que no acabé con él, porque está desmejoradísimo, pienso para mis adentros.
Hablamos de cosas triviales y en un momento dado el tío, sin ningún disimulo, empieza a rascarse sus partes. Al principio las ingles, y después directamente los huevos.
No puedo creer que de veinteañera saliera con este tipo, vuelvo a pensar.
Como puedo, le pongo una excusa y salgo por piernas.
Mientras me voy, me giro para echarle una última mirada y cerciorarme de que aquéllo no había sido fruto de mi imaginación. Y me lo veo saludándome con la mano izquierda y con la derecha, metida ya en los pantalones, rascándose los cojones a todo trapo...
Tanto, que una de las mayores broncas que tuvimos fue saliendo del cine porque le dije que me gustaba el protagonista de Shakespeare in love.
Se ofuscó como si le hubiera dicho que me había follado al vecino del quinto. No le valía el "Pero si no lo voy a ver en la vida", su respuesta era "Ah, ¿y si lo vieras?" "Y si lo viera...nada" "Ya, claro". Fue surrealista. Desde entonces huyo de la gente posesiva. Y aviso a futuros celosos... Si algún día me cruzo con Brad, Keanu, George, Josh, Gordon-Levitt...y milagrosamente surge la oportunidad, daros por cornudos. Y punto. Luego no quiero reclamaciones.
No os llevéis a engaño por borderlines tipo Amaia Montero, cuando decimos que no, es que no, no queremos ver hasta donde sois capaces de llegar por nosotras ni gilipolleces por el estilo. Situación 1. Hombre. Con novia. No enamorado (eso dice) pero cómodo. La busca. La encuentra. Lo de siempre, con ella es diferente. Pero pudiendo hacer algo para cambiar la situación y estar juntos le suelta: "Dejémoslo en manos del destino, lo mismo dentro de unos años nos cruzamos, ninguno de los dos tiene pareja y..." Y ya si eso. Situación 2. Mujer. Soltera. Le pides el teléfono, y te dice que no (1). Le dices si le puedes pedir su teléfono a una amiga, y te dice que no (2). Vuelves a insistirle para que te dé el teléfono, y te vuelve a decir que no (3). Le dices si sale mucho por ese sitio, por si os podéis cruzar otro día, y te dice que no (4). Le dices que entonces cómo vais a volver a veros y te dice: "Eeeeh, déjalo en manos del destino".
Ninguno de los dos está siendo romántico. Pero a ella le cuesta 4 NO previos (mínimo) que él lo entienda. Haceros un favor. HACEDNOS UN PUTO FAVOR.
Un año más, una tara nueva... Me mareo en los coches.
Ni en trenes, ni en aviones, ni en autobuses.
En coches.
Y nunca me había pasado antes. Siempre he sido una copiloto estupenda.
Pero de un tiempo a esta parte no hay coche que se me resista.
Yo creo que va íntimamente ligado con lo nuevo que sea. El olor a nuevo me revuelve el estómago.
Así que ahora, cada vez que voy a hacer algún viaje (y quién dice viaje dice ir a los Centros Comerciales), tengo que tomarme media biodramina a lo Mr. T en los aviones. Nunca antes ir al IKEA había sido tan poco rentable.