14 noviembre 2013

lo tengo todo, papi



El sábado fui a una másterclass de zumba. 

Era mi primera vez y lo que descubrí, es que LAS que hacen zumba, porque sí, hay algún chico que otro pero son minoría (y sinceramente, o son gays o van a pillar, a mí no me jodas), son un poco flipadas, por decirlo suave. 

Y sí, voy a generalizar que es más divertido.

1. Desde marujas, a gordas que han adelgazado y ahora van de divas, hasta universitarias aparentemente vulgares, todas van de perdonavidas. De cheerleaders. Creen que debemos dar gracias por haberlas conocido, pasan por tu lado con su cara de oler a mierda hasta que se encuentran con su chupipandi y entonces sí, todo son grititos y abrazos y sonrisas y fotos y todo. Si no tienes pandilla, no eres nadie.

2. Viven en un constante estado de celo, si no no me explico por qué se comportan como perras. Gritando, y mucho, con cada movimiento de culo del monitor, y os aseguro que acabé con dolor de cadera.

3. Son territoriales. No intentes moverte para ver mejor, ni invadas su parcela. La Esteban mata por su hija y ellas por su sitio.

4. Son horteramodernas. Quieren ser diferentes y llamar la atención. Creen que hacer zumba unas cuantas horas a la semana equivale a ser bailarín de Fama. Y ellas saben que la fama cuesta. Pero lo que yo no llego a entender es en qué cabeza cabe levantarse por la mañana, vestirse para hacer deporte y pensar, "Coño, pues hoy me voy a poner un pañuelo atado en la rodilla. Porque yo lo valgo". Porque lo de hacer "deporte" en sujetador ya lo inventaron las barbies siliconadas.



Conclusión: Si hace zumba, la chupa.



De nada.