Primero apareció MrM. Cuando me pasé por su blog para ver qué se cocía, me encontré con que era todo testosterona, mala hostia y tripas, ni rastro del sexo femenino, ni remilgos, ni peloteos, ni pollas en vinagre...un sitio perfecto. Así que me quedé. No me arrepiento.
Después apareció un cafre, de nombre Tripi, que en la primera cita ya quería verme la teta. Lo mandé a cascarla pero volvió...le va la marcha. Y es verdad que la gente no cambia con el tiempo (ni falta que hace), pero el tiempo sí que te permite conocerla mejor. Él me encontró pero yo lo descubrí. Tripi es mi América.
Y qué decir de Míchel. Un tío serio (JA!), que se merece todo lo bueno que le pase. Y sé que le está pasando.
Así que oye, a tomar por culo los blogs, siempre nos quedará whatssap.
CAGONDIOS.
Feliz día de la Blasfemia.