oh romeo, mi romeo

1. Me abrieron la maleta en el aeropuerto de Alicante. Sabía yo que tanto botecito en la bolsa de aseo iba como poco a inquietar.

2. El hotel era más bien una casa que alquilaba habitaciones y el que vino a abrirnos un enano de jardín, alias Macario, con el que nos entendíamos en un italospaninglish. Mi amiga L que no habla ni italiano ni inglés se encargó de negociar el desayuno.

3. Todo muy bonito, pero en un sitio que vive del turismo no se entiende que sean tan ariscos y antipáticos con los turistas. Echarte una foto en la que no saliera nadie más alrededor era casi misión imposible.

4. He pasado una sed impresionante porque soy muy meona y se pagaba por mear (de 0,80 a 1,50 euros). Te salía más rentable pedirte un café y utilizar el baño que sólo mear.

5. Pagamos el vaporetto para ir a las islas y lo utilizamos ya caducado para dar una vuelta nocturna por Venecia. A lo ilegal. Nuestro plan si nos pillaban era hacernos las tontas y dejar a L negociar.

6. Fuimos una noche a un irlandés a tomarnos una cerveza (o dos) y les cantamos un repertorio de canciones italianas y españolas, incluida el yo soy español y otras referentes al mundial. Haciendo sangre. La gente asomaba la cabeza para vernos. Éstos no se han pegado una juerga en su vida.

7. Los italianos se las dan de Casanovas pero no vi a uno guapo en todo el viaje. Son chulos hasta aburrir.

8. Fuimos a cenar a las 9ymedia a un restaurante y nos dijeron que estaba cerrado. En Venecia no hay vida después de las 8, sólo quedan abiertos algunos bares de comida para llevar (pocos y llevados en su mayoría por extranjeros) y alguna tienda de souvenirs que apura a los últimos turistas.

9. No vimos ningún mendigo en toda la semana que estuvimos en Venecia, pero el sábado cuando íbamos camino de la estación había uno en cada esquina. Sólo trabajan los fines de semana que es cuando se triplica el turismo. Flipo.

10. La foto es en la puerta de la Casa de Julieta en Verona. Dentro está el balcón y su estatua, a la que hay que tocarle la teta y pedirle algo de amor/desamor. No sé de dónde viene esa idea pero la teta tiene un lustre...