Hemos superado muertes de seres queridos, desengaños amorosos (again and again), fracasos laborales, decepciones con amigos, enfermedades cercanas...
Y de pronto te levantas un día y basta que no te guste tu flequillo, que el pantalón te apriete o que no echen nada bueno en la tele para que te pongas a llorar desconsoladamente.
Malditas hormonas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario