20 mayo 2010

un, dos, tres, splash

Odio a los hombres que riegan las calles por las mañanas y a los cacharros que llevan.

No sé a quién se le habrá ocurrido la maravillosa idea de limpiar/refrescar las calles (porque sinceramente no tengo claro el objetivo) a las 7 de la mañana que justamente es cuando menos calor hace, lo único que consiguen es que pase yo con mis chanclas de dedo o mis babuchas y me vaya salpicando ese agua asquerosa en las piernas.

Super refrescante, si.

No hay comentarios: