Ayer me encontré al sujeto arrepentido, hacía meses que no lo veía y se me había olvidado que me gustaba. Lo ví de espaldas, pero suficiente para no haber dejado de pensar en él desde entonces.
Veo sus fotos una y otra vez, lloro, me cabreo, vuelvo a llorar y me cabreo más aún. No estoy cabreada con él (que también), estoy cabreada conmigo, por ser tan gilipollas, por creer que estaba superado. No es así, sólo que es muy cierto eso de "ojos que no ven".
Se me ocurre mandarle un mail con las fotos de esa noche, para que él también vea, para que recuerde que esa noche lo pasamos bien, que esa noche me quiso sólo a mi, para que sufra aunque sea un poco.
Para decirle que sigo pensando en él.
Para decirle que le odio.
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