18 marzo 2010

patetismos 1

Cuando iba al instituto me empezó a gustar un compañero de clase. Nos llevábamos bastante bien, incluso le estuve dando clases particulares de química. Era quedar en mi casa y pasar toooooda la tarde juntos. Y yo, que ya empezaba a vivir en mi mundo alternativo, me hice ilusiones.

Un día me llamó y me dijo si podíamos quedar esa tarde para hablar porque tenía algo que decirme...os podeis imaginar lo tensa que me puse, las vueltas que le dí a lo que tendría que decirme, los nervios...porque estaba claro que me iba a decir que yo le gustaba!

Llegó el momento, me dijo: "Me gusta X (amiga mia), ¿crees que tengo algo que hacer con ella?"

Me dieron unas ganas de llorar impresionantes, pero fui tan gilipollas que lo ayudé a que estuviera con ella.

Con el tiempo cambiaron las tornas. Fue él el que me dijo que le gustaba y que quería intentar algo conmigo.

Tarde chaval, muy tarde.

3 comentarios:

Mamen dijo...

Pero qué monaaaa...

Insanus dijo...

Uhm, sí, no lo he vivido, pero conozco la situación. De todas formas, esas tardes con tanta ilusión y tantas expectativas no te las quita nadie. Es una parte bonita de esta cosa que llaman amor, aunque luego no salgacomo esperabas.

fiona dijo...

mamen, si monísima...jajaj

insanus, qué suerte porque yo de éstas tengo unas cuantas. La ilusión es muy bonita pero el batacazo de después...

Besos